Un buen marco o portarretrato nunca pasará de moda, especialmente, cuando ponemos en él las fotos de nuestros mejores e inolvidables momentos. Desde mucho antes de los inicios de la fotografía, como la llegamos a conocer durante el siglo pasado, existían marcos en los que se conservaban grabados, pinturas y dibujos retratados de manera bastante fiel. Y si hablamos de dimensiones, los encontramos desde los que llegan a ocupar buena parte de la pared, en la habitación, hasta pequeñas joyas que podrían colgarse al cuello o colocarse sobre alguna mesa o aparador.
Al ser una maravillosa manera de recordar momentos, seres queridos, personas, pasó a convertirse en un objeto decorativo muy deseado. También empezaron a usarse distintos materiales para su fabricación como: madera, plata, cerámica, antimonio, bronce, hierro, etc. Y en modelos tan variados donde podemos apreciar su evolución debido al aporte de los artesanos -joyeros, carpinteros-, que debían fabricar piezas de acuerdo a su época y materiales disponibles y emplear técnicas que dominaban como: el repujado, calado, martillado, laminado. Y fue, gracias al auge de la fotografía, a través de una buena foto, terminó de popularizar al portarretrato como una pieza básica de decoración.
Afortunadamente, encontramos portarretratos para todos los gustos: clásico, minimalista, victoriano, rustico, moderno. En Argentaria, manejamos más de 100 referencias de portarretratos en los tamaños adecuados para que los momentos y personas importantes, que están en tus fotos, perduren para toda la vida. Aquí te mostramos algunos modelos: